Hoy compartimos con vosotros una boda súper especial. No sólo porque nos encanta ejercer de fotógrafos de boda en Vigo, sino por lo divertida y diferente que fué.
Hace un año, María y Alex se daban el sí quiero en la Concatedral de Santa María de Vigo, más conocida como La Colegiata. Es un lugar emblemático de esta ciudad y un sitio con mucho significado para los protagonistas y sus invitados.
Lo que la música ha unido...
La pareja tiene una historia común de música y de tradición que les llevó a enamorarse. Por ello, quisieron compartir las pasiones que les han unido, un día tan simbólico e importante como el de su boda.
Para nosotros fué muy emocionante capturar la honestidad que desprendían Alex y María en cada sonrisa y en cada lágrima, así como en cada nota y en cada paso de baile. Porque si algo hubo -además de amor del bueno- fué música y folclore gallego.
Súper conmovedor fué el momento de la entrada de María en la iglesia, que se fué acercando al altar al son de la melodía que Alex tocaba para ella ¡Precioso! Tan increíble como cuando María interpretó para su entonces ya marido, una pieza de baile tradicional. Lo cierto es que es una suerte poder hacer un reportaje de una boda tan auténtica.
La banda sonora de sus vidas
El convite, se lo ofrecieron a sus invitados en el entorno de lujo que brinda el Invernadero del Pazo de Santa Cruz, y tuvo como hilo conductor la música y el baile, presentes durante toda la ceremonia.
Sus amigos les sorprendieron con una rondalla que amenizó la fiesta y la pareja, rindiendo su particular homenaje a la pasión que les ha unido, celebrando su baile nupcial, como no, en clave de baile tradicional gallego.
En resumen, una boda con buenos amigos, familia, música y mucha solera. Una boda genial.