La sesión de fotos de Primera Comunión
El reportaje fotográfico tiene un papel fundamental en toda Primera Comunión. Es un día muy importante en la vida de los pequeños y de sus familias y, al igual que ellos preparan con dedicación el gran día para que todo salga perfecto, nuestro deber como fotógrafos es trabajar la sesión para que los recuerdos de ese día sean impecables.
La sesión de Maruxa por su Primera Comunión ha estado cargada de magia y calidez.
Cuando nos planteamos un reportaje de Primera Comunión siempre buscamos el equilibrio entre el planteamiento estético de los papás y la propia personalidad de los protagonistas, que a esas edades, comienza a definirse poderosamente. Por eso, en este caso, la sesión se realizó en el Club hípico La Muralla, donde la pequeña Maruxa disfruta tanto.
Planificación de una sesión de comunión
Os hablábamos en entradas anteriores de lo importante que es la antelación en la preparación de una sesión de comunión porque nos permite estudiar con detenimiento el proyecto, pero sobre todo nos permite conoceros y explotar al máximo las cualidades de vuestros pequeños.
La importancia de la luz
En el caso de Maruxa, el reportaje de comunión tenía que ser luz, calor, serenidad… porque así es la preciosa Maruxa.
Para ello quisimos aprovechar la luz que nos regala la puesta de sol. Este tipo de luz nos daba la posibilidad de potenciar al máximo el inherente candor que la pequeña irradia.
La del atardecer es una luz perfecta para desarrollar contrastes, permitiéndonos alcanzar una gran variedad de efectos totalmente espontáneos, fruto del jugueteo de los últimos rayos del sol.
Si bien es cierto que este tipo de iluminación natural tiene el problema de la fugacidad. Debemos trabajar en pocos minutos toda una sesión, por lo que llevar todos los detalles muy trabajados es fundamental.
Para nosotros, la sesión de primera comunión de la dulce Maruxa, no puede ser más espectacular.